Un día fui invitado, por mi desgracia, al mismísimo Olimpo por Artemisa,
diosa de la sabiduría, me permitió codearme con los grandes dioses y
diosas del panteón griego, primero hable con Zeus para pedir consejo, el
me dijo que era un desgraciado, por el puro hecho de ser humano, pero
que a la ves era dichoso por el mismo echo de ser humano. No se si le
cause lastima o que es lo que sucedió, pero me
permitió pedirle una cosa a cada dios del Olimpo, aprendí a pelear como
Ares, a seducir como Eros, a ser tan buen cazador como Artemisa, a ser
tan buen dirigente como Hera, descubrí toda la ciencia de los metales
con Hefestos, me volví un poeta gracias a los talentos de Apolo,
conseguí el poder de hacer crecer en la misma piedra arboles frondosos y
parras llenas de uvas gracias Deméter , tuve relaciones con la diosa
Afrodita de la sensualidad y el sexo, ¿Qué mas podía pedir yo? Se supone
que debía ser dichoso y glorioso, pero no sentí que ese vacio se
llenase en mí.
En ultima instancia llegue con Atenea, a ella le pedí, saber que significaba lo que Zeus me había dicho, en el simple echo de que con su mano tocase mi frente entendí todo. En ese mismo momento corrí a ver a Zeus, en cuanto me vio, supo que había sido iluminado por Atenea, comprendí que a lo que se refería, es que los seres humanos sufrimos por que amamos y que amamos porque sufrimos, pero es ese sufrimiento el que nos hace adorar el amor, Zeus me dijo que los seres humanos estábamos sobre los dioses, por el echo de que apreciamos los placeres de la vida mucho mas que los dioses, los dioses siempre están en la dicha, no conocen la desgracia, pero nosotros los mortales al conocerla, apreciamos con mayor fervor la dicha y el amor, El amor que podemos sentir los mortales es algo que los dioses envidian.
Aproveche entonces para pedir al ultimo dios que no le había pedido nada, a Zeus, le pedí el amor de una creatura mortal, el de mi mujer idolatrada en mi mente, el se negó y me dijo, ´´ Tu eres el hombre mas desgraciado de todos, por el echo de haber escogido amar a una mortal enaltecida entre todos los mortales, tu solo con los favores de los dioses lograste la ascensión, ella logra la a alcanzado por que nació con esa grandeza, tiene todo talento habido y por haber, los dioses solo tenemos un talento especial, ella los tiene todos, es ella la encarnación de Gea, lo que tu amas es lo inalcanzable , pero disfruta eso, tienes el honor y dicha de decir que has amado a lo supremo, a lo mas elevado, que has estado en la cima del Olimpo y has gozado de lo que es ser un mortal que a sufrido pero a amado sin importar ese sufrimiento, sales del Olimpo mas sabio de cómo llegaste y por eso lograras la ascensión a los Campos Elíseos ´´ después de esas palabras de sabiduría baje del Olimpo con la frente en alto.
Para mi extraña fortuna cuando vagaba por los prados de Macedonia logre ver a mi amor pero esta ves ya no pude correr hacia ella, solo pude sentir una gran felicidad, sonreír y dar la vuelta, por que sabia que no era digno de tal honor, pero en ese momento sentí una mano en mi hombro y al voltear…. Bueno supongo que esa es una historia para otro día.
En ultima instancia llegue con Atenea, a ella le pedí, saber que significaba lo que Zeus me había dicho, en el simple echo de que con su mano tocase mi frente entendí todo. En ese mismo momento corrí a ver a Zeus, en cuanto me vio, supo que había sido iluminado por Atenea, comprendí que a lo que se refería, es que los seres humanos sufrimos por que amamos y que amamos porque sufrimos, pero es ese sufrimiento el que nos hace adorar el amor, Zeus me dijo que los seres humanos estábamos sobre los dioses, por el echo de que apreciamos los placeres de la vida mucho mas que los dioses, los dioses siempre están en la dicha, no conocen la desgracia, pero nosotros los mortales al conocerla, apreciamos con mayor fervor la dicha y el amor, El amor que podemos sentir los mortales es algo que los dioses envidian.
Aproveche entonces para pedir al ultimo dios que no le había pedido nada, a Zeus, le pedí el amor de una creatura mortal, el de mi mujer idolatrada en mi mente, el se negó y me dijo, ´´ Tu eres el hombre mas desgraciado de todos, por el echo de haber escogido amar a una mortal enaltecida entre todos los mortales, tu solo con los favores de los dioses lograste la ascensión, ella logra la a alcanzado por que nació con esa grandeza, tiene todo talento habido y por haber, los dioses solo tenemos un talento especial, ella los tiene todos, es ella la encarnación de Gea, lo que tu amas es lo inalcanzable , pero disfruta eso, tienes el honor y dicha de decir que has amado a lo supremo, a lo mas elevado, que has estado en la cima del Olimpo y has gozado de lo que es ser un mortal que a sufrido pero a amado sin importar ese sufrimiento, sales del Olimpo mas sabio de cómo llegaste y por eso lograras la ascensión a los Campos Elíseos ´´ después de esas palabras de sabiduría baje del Olimpo con la frente en alto.
Para mi extraña fortuna cuando vagaba por los prados de Macedonia logre ver a mi amor pero esta ves ya no pude correr hacia ella, solo pude sentir una gran felicidad, sonreír y dar la vuelta, por que sabia que no era digno de tal honor, pero en ese momento sentí una mano en mi hombro y al voltear…. Bueno supongo que esa es una historia para otro día.